sábado, 18 de mayo de 2013

Cuerpos llenos de preguntas

Foto: Ignacio Colo

El Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín -que dirige Mauricio Wainrot- tiene un desafío que se renueva todos los años: dejarse atravesar por las miradas de tres coreógrafos del circuito off, a los que se invita en forma simultánea.

Hoy, a las 20.30, la compañía estrenará, en la Sala Martín Coronado, un nuevo programa integrado por Los trompos de Juan Onofri Barbato, Ínfima constante de Anabella Tuliano, y Después del sol de Analía González.

Los tres coreógrafos comparten el agradecimiento y la admiración por el elenco que se adaptó a cada uno de los estilos de montaje y que, con sólo veinticinco ensayos con cada director, puso el cuerpo en cada una de las propuestas.

"Se empieza desde un abismo -dice Analía González-, es un encuentro con gente que no sabés cómo se mueve, ni qué la mueve. Pero fue un proceso muy ameno y gratificante."

Mauricio Wainrot cumplió el rol de curador. Convocó a los tres coreógrafos llevado por el interés en sus obras montadas anteriormente. Y una vez que el trabajo con el Ballet encontró sus lenguajes, decidió el orden en que serán presentadas en el programa. Cada una de las coreografías rondan los 30 minutos de duración y presentan una diversidad de climas entre sí.

Haciendo mucho eje en el cuerpo como materia, Los trompos intenta ser una pregunta bailada. "Desde que me convocaron surgieron muchos ¿por qué? y ¿para qué? Y hacia el final de la producción empezó a aparecer cierta angustia acerca de lo que implica ser bailarín, de lo que implica ser coreógrafo. Es un proceso que tiene que ver con el oficio. De alguna manera el trabajo circula por ahí. Por ese vacío que nunca se llena. Por eso tiene una estética de mucha austeridad. Y no tiene que ver con un gesto provocador -advierte Juan Onofri Barbato-; es un trabajo despojado. Y ojalá que ese despojo se llene con la interpretación del espectador."

"Ínfima constante empezó con la idea de un momento detenido en el tiempo -explica Anabella Tuliano-. Un segundo en lo cotidiano donde se empieza a valorar el momento presente. La idea era pasar por diferentes sensaciones: desde la plenitud hasta el rearmarse después de un abatimiento. El tema es la búsqueda constante de sentido. Es un poco melancólico, pero tiene contrastes internos."

Después del sol de Analía González relata pequeñas historias que transcurren en el atardecer, incluyendo un video que complementa lo bailado en simultáneo.

"Me puse a investigar qué significaba el atardecer en diferentes culturas y religiones a través del tiempo. En base a lo que fui encontrando, armé mi propio concepto acerca de lo que le sucede a las personas en ese momento del día. Es un instante de gran introspección, por eso trabajé mucho sobre la parte emocional de los intérpretes."

Aunque todas las propuestas coinciden en llenarse de preguntas, más que de respuestas, en ninguno de los casos se trata de trabajos minimalistas. Cada uno a su manera explotó todos los recursos disponibles. Y el principal recurso que disfrutaron fue el espacio.

La Sala Martín Coronado es la más grande de todo el teatro. Onofri Barbato usó los dieciséis metros de ancho y toda la profundidad posible hasta la última pared del fondo. "Trabajar en la Martín Coronado tiene mucho peso para cualquiera que se dedique a la danza o al teatro -subraya Analía González-. Esta sala tiene una magia que no sentí en ningún otro escenario".


Nota publicada en el diario La Nación el 18-05-13
http://www.lanacion.com.ar/1582990-tres-coreografos-con-el-cuerpo-lleno-de-preguntas

El comentario en la radio, el 24-05-13




Una aproximación en tres videos:






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