jueves, 10 de octubre de 2013

Volver, con la frente bien alta


Ballet Nacional del SODRE / Dirección: Julio Bocca / Coreografías: William Forsythe, Anne Marie Holmes, Nacho Duato y Jirí Kylián / Música: Thom Willems, Adolphe Adam, Franz Schubert y Leos Janácek. Vestuario: Producción BNS - Auditorio Nacional / Sala: Teatro Colón / Nuestra opinón:excelente

El Ballet Nacional del Sodre, dirigido por Julio Bocca, cruzó por primera vez el Río de la Plata hacia el escenario del Teatro Colón.

Un programa sintético de cuatro obras fue suficiente para mostrar el trabajo de los últimos tres años y en ese ejercicio de "curaduría" se nota la mano de Bocca encontrando lo mejor de cada estilo. Excepto por el pas de deux absolutamente clásico y exclusivo para dos, el resto del programa reúne obras que trabajan con sucesiones de dúos, tríos y conjuntos rotativos que permiten el lucimiento individual y la armonía grupal.

In the Middle Somewhat Elevated ya tiene más de un cuarto de siglo dando vueltas por el mundo, pero sigue inoxidable. Más cercana al lenguaje del repertorio neoclásico -por la sólida relación entre el argumento abstracto y la técnica de puntas-, esta creación de Forsythe expone sobre el escenario tanto el entrenamiento físico y aeróbico, como la precisión y la limpieza de los movimientos de los que son capaces los bailarines. Los veintiséis minutos de música de Thom Willems se vuelven un poco ásperos, ya que se trata de un loop industrial, donde ningún instrumento en especial puede distinguirse del fondo.

Todo lo contrario sucede con la música elegida por Nacho Duato para Without Words . Tiene la duración exacta para que ocho bailarines brillen en la penumbra, arrullados por Franz Schubert desde un piano y un chelo.

El poco transitado "Pas de deux de l'esclave" merece un capítulo aparte. Este fragmento del primer acto del El corsario lleva la marca de Petipa en el orillo y desarrolla todos los elementos esperables. Ojalá este hallazgo de Bocca fuera imitado en otras galas internacionales, que suelen insistir en las mismas coreografías tantas veces visitadas. Allí pasan al frente, con gran dominio técnico, María Noel Ricetto y Ciro Tamayo.

Ahora que los talleres de producción de vestuario del Auditorio Nacional Adela Reta se pusieron a andar, se lucen la perfecta confección de los dos trajes, sencillos, pero con todos los elementos de bordados y brillos necesarios. Y si se habla de brillar, es inevitable subrayar la acertada elección de Tamayo para el rol. El jovencísimo bailarín español salta sin esfuerzo y con mucha gracia. Tamayo arranca aplausos espontáneos durante su variación, demostrando que además de ser liviano como una pluma, puede ser un bailarín de carácter.

La segunda parte del programa estuvo íntegramente dedicada a otro clásico del repertorio contemporáneo mundial: Sinfonietta , la creación de Ji?í Kylián que próximamente cumplirá 40 años en los pies de tantas y diversas compañías de danza. La música de Janácek está construida sobre allegrettos y andantes llenos de vientos y bronces varios. Y esto es lo que convoca a otra energía, más juvenil y risueña, dando pie al saludo final de toda la compañía. Y el de su director. Entonces el Colón se viene abajo.

En todos los niveles del teatro se escucha la incondicionalidad de los aplausos. Julio Bocca regresa a su primera casa mostrando la excelencia de siempre, sólo que en un nuevo rol. El Ballet del Sodre es una compañía hecha a escala humana, pero con un impresionante nivel de técnica y de expresividad.

No podría haber quedado en mejores manos.

Nota Publicada en La Nación el 10-10-13  http://www.lanacion.com.ar/1627496-con-su-marca-en-el-orillo

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